(Entre el Tigris y el Eúfrates a la sombra de los Jardines Colgantes de Babilonia, no hace muchos miles de años)
Uruk: ¿Te gustan estos cuneiformes? Mi sistema de siervo - escritura me acaba de componer, en unas diez horas, todo el principio del Código de Hammurabi.
Nimrod: ¿Qué es? ¿Un Apple Nominator de la Eden Valley?
Uruk: ¿Estás loco? Esos no consigues revenderlos ni siquiera en el mercado de esclavos de Tiro. No, este es un siervo – escritor egipcio, un Toth 3 Magis-Dos. Gasta poquitísimo, un puñado de arroz por día y escribe incluso en jeroglífico.
Nimrod: Le llenas la memoria para nada.
Uruk: Pero te inicializa mientras copia. Ya no tienes la necesidad de un siervo – inicializador que tome la arcilla, te modele la tablilla, la haga secar al sol, y luego otro que escribe. Éste modela, seca al fuego y escribe directamente.
Nimrod: Bueno, pero usa tablillas de 5,25 codos egipcios y pesará unos sesenta kilos. ¿Por qué no te compras uno portátil?
Uruk: ¿Qué? ¿Uno de esos visores caldeos con cristales líquidos? Cosas de magos…
Nimrod: No, un siervo – escritor enano, un pigmeo africano adaptado a Sidón. Ya sabes como son los fenicios, lo copian todote los egipcios, pero luego lo miniaturizan. Mira: laptop, escribe sentado justo sobre tus rodillas.
Uruk: Que asco y encima jorobado.
Nimrod: A la fuerza, le han introducido una placa en la espalda para back up rápido. Un latigazo y escribe directamente en Alfa – Beta, ves, en lugar del graphic mode usa un text mode, con veintiún caracteres lo haces todo. Compactas el Código de Hammurabi en pocas tablillas de 3,5.
Uruk: Y después tienes que comprar un siervo – traductor.
Nimrod: Ni hablar. El enano tiene traductor incorporado, otro latigazo y te lo retranscribe en cuneiforme.
Uruk: ¿También hace cosas de edición gráfica?
Nimrod: A la fuerza, ¿no ves que es de color? ¿Quién te crees que me ha hecho todos los planos de la torre?
Uruk: ¿Y te fías? No te vaya a caer todo luego.
Nimrod: Imagínate tú: he cargado en memoria el Pitágoras y el Menphis Lotus. Tu les das las medidas del plano, un latigazo y el te proyecta un zigurat de tres dimensiones. Los egipcios para las pirámides, tenían necesidad todavía del sistema Moisés de diez mandamientos que necesitaba un link de diez mil siervo – constructores. Y no eran nada friendly. Todo hardware obsoleto que han tenido que tirar al Mar Rojo, incluso se han levantado las aguas.
Uruk: ¿Y para el cálculo?
Nimrod: Habla también el Zodiak. Te enseña en un instante tu horóscopo y what you see is what you get.
Uruk: ¿Cuesta mucho?
Nimrod: Mira, si te lo compras aquí no te basta la cosecha de una temporada pero si haces que te lo compren en los mercadillos de Byblos, lo puedes obtener por un saco de simientes. Claro está, lo tienes que alimentar bien, porque ya sabes, garbage in, garbage out.
Uruk: Bah, yo aún me encuentro a gusto con mi egipcio. Si tu enano es compatible con mi 3 Magis – Dos, ¿no podrías hacer que le enseñara al menos el Zodiak?
Nimrod: Sería ilegal, porque cuando lo compras debes jurar que lo tiene para uso personal…Pero, en el fondo, lo hacen todos, está bien, los ponemos en contacto. Sólo que no quisiera que el tuyo tuviera un virus.
Uruk: Está más sano que una manzana. Lo que me da miedo, más bien, es que cada día inventan un lenguaje nuevo y, al final, se llegará a la confusión de programas.
Nimrod: Tranquilo, tranquilo, aquí en Babel no, aquí en Babel no.
Segundo diario mínimo. Barcelona. Editorial Lumen. 1994
sábado, 28 de noviembre de 2009
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